Martinetes
El martinete es la más popular de las tonás y una de las más hermosas. Prototipo de cante gitano al que se le atribuye origen fragüero, espresa los sentimientos de un pueblo perseguido y las emociones simples y elementales de los hombres primitivos que vivieron durante siglos al margen de la sociedad. Cádiz, Jerez, Sevilla, Puerto de Santa María y Sanlúcar osn desde hace más de doscientos años sede de las gitanerías creadoras. El martinete suele cantarse después de un recital de siguiriyas. Los grandes martinetes fueron gitanos.
Literariamente, la toná procede de los romances gitanos y es considerado el cante flamenco más antiguo. Los martinetes, las carceleras y la debla son variedades de tonás que se diferencian por la temática de sus letras y se caracterizan por no llevar acompañamiento de guitarra. El martinete tiene una gran fuerza dramática. Su interpretación como baile es relativamente reciente. Fue Antonio Ruiz Soler quien lo incorporó a su repertorio al final de la década de los cincuenta.
Su adaptación escénica como baile es reciente. En 1952 Antonio El Bailarín inventó el baile por martinetes para servir de colofón a la película Duende y Misterio del Flamenco, de Edgar Neville. La coreografía está centrada en las vueltas y zapateados siguiendo los pasos de lo que había hecho décadas antes Vicente Escudero con la seguiriya.
Toda la gama de tonás se distinguen por no llevar acompañamiento de guitarras. Sin embargo, en ocasiones el guitarrista puede marcar el compás con leves golpes sobre su instrumento. El compás también puede marcarse, como es frecuente, golpeando con un martillo sobre un yunque.
El martinete es una modalidad de la toná, al igual que la carcelera, a la que le da nombre su temática carcelaria, y la debla, que la dio a conocer Tomás Pavón en 1950. Este último es un cante de gran riqueza melismática muy exigente para el intérprete por su profusión de agudos y la ligazón de sus tercios. En general, los temas de las letras son tristes, dramáticos e, incluso, trágicos. El martinete es el nombre genérico que se da a las diferentes modalidades de tonás. Es un cante con copla generalmente de cuatro versos octosílabos a capella, sin acompañamiento, lastimoso, monocorde, de tercios arrastrados, que suele terminar con un largo quejío.
Hoy sobresalen, en primer término, Antonio Mairena, "Juan Talegas" y Manolo Caracol. En otro tiempo las grandes figuras fueron Manuel Torre, Tomás Pavón, "Juan Pelao", Silverio, Perico Frascola, "Niña de los Peines"... La nueva promoción flamenca cuenta con distintos nombres. Entre ellos destacan Rafael Romero, Fosforito, Manolo Mairena, "Beni de Cádiz", etc. Mención especial entre los martineteros no gitanos merece José Torres Garzón "Pepe Pinto", mantenedor de la escuela de Tomás Pavón.