Chano Lobato

 

Más tarde se trasladó a Madrid para cantar en reuniones, fiestas y tablaos flamencos para luego entrar a formar parte del ballet de Alejandro Vega, experiencia que duró varios años. Su trayectoria artística prosiguió en el Pasaje de El Duque de Sevilla, en 1952, siempre cantando para bailaores. Al año siguiente fue premiado en el gaditano concurso por alegrías.
 

Regresó a los tablaos madrileños, El Duende y El Arco de Cuchilleros, y posteriormente actuó en París, Roma y Londres participando en el espectáculo de Manuela Vargas. A continuación estuvo casi 20 años en el Ballet de Antonio y actuando por los cinco continentes junto a Manuel Morao, El Serna y otros destacados artistas. De nuevo en Sevilla, es elegido para participar en el espectáculo de la bailaora Matilde Coral. En 1974 obtiene el premio Enrique El Mellizo en el Concurso Nacional de Córdoba, lo que le supone el reconocimiento de todo el estamento flamenco. También participó con gran éxito en la Cumbre Flamenca de Madrid. La tertulia flamenca El Gallo, de Morón de La Frontera, le tributó un homenaje en 1986, imponiéndole si insignia de oro. Este mismo año consigue el Premio Compás del Cante.

 

Ha recibido la Medalla de Plata de Andalucía, por toda una vida dedicada al Arte Flamenco, y también posee el Premio Lucas López de la Peña Flamenca El Taranto de Almería. Hace ya largo tiempo que Chano Lobato es solicitado para las citas flamencas más importantes de este país. Su talento ha sido elogiado por la prensa y aficionados, que siguen expectantes su carrera. Es un cantaor destacadísimo, un gran conocedor del cante y no solamente de los estilos de su tierra natal. Hombre signado con el don de la generosidad y la gracia, es un derroche de simpatía que enseguida establece un cálido contacto con el público.