Luis de Córdoba
Se inició cantando en reuniones de amigos hasta que, en 1972, se presentó al concurso Cayetano Muriel en Cabra, donde consiguió el primer premio y se le consideró "Cantaor Revelación". Durante los cinco años siguientes alternó recitales, grabaciones discográficas y actuaciones en festivales y concursos, en los que obtuvo una larga lista de los máximos galardones flamencos y distinciones, entre los que destacan: 2 premios nacionales en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba en 1974 y 1977. Posee innumerables distinciones, entre las que destacan el trofeo la Escultura y el Cante del prestigioso escultor Venancio Blanco.
En 1985 el Ateneo de Córdoba, institución de la que es socio fundador, lo nombró Socio de Honor a propuesta del colectivo juvenil Acracia y le otorgó la Fiambrera de Plata en 1987. En 1992 el Pleno del Ayuntamiento de Posadas lo nombró Hijo Predilecto de la villa. En 1993 se le otorgó el Castillete de Oro del Festival Nacional del Cante de las Minas en La Unión (Murcia). En el mismo año recibió en Madrid los premios Líderman y el trofeo a la Creatividad en el Cante. En 1998 la Asociación de Críticos de Arte Flamenco le concedió dos premios: Al Cante y Al Mecenazgo. Este último por ser el patrocinador del premio González Climent. En 1999 la Caja de Ahorros de Murcia le otorgó su distinción Patriarca Flamenco en reconocimiento a su trayectoria artística.
Luis de Córdoba es un cantaor hecho desde la tradición y mantiene un enorme respeto por la tradición, lo que no le impide ser, también, un cantaor de su tiempo, de hoy, que trata, con su trabajo diario, de mantener viva esa tradición. Goza de un notable y merecido prestigio en el mundo del flamenco. Su formación, su inquietud y sus cualidades humanas y artísticas, hacen de él uno de los más brillantes cantaores actuales, dentro y fuera de los escenarios.
Luis de Córdoba es sin duda uno de los cantaores que ofrecen mayores expectativas de proyección de futuro para el cante flamenco. Un cante, un arte, el de Luis de Córdoba, del que muy acertadamente se ha dicho que "Sirve para el recreo del oído y del espíritu, pues está lleno de luz"