La gran redada
Los Gitanos, a lo largo de la historia decidieron dividirse en tres grupos que se repartieron por Europa, y así quedaron establecidos los tres principales núcleos gitanos del continente: Rusia, Hungría y Polonia, Los Balcanes e Italia, y Francia y España. El primer documento que certifica la entrada de los gitanos en España es de 1447.
La tradición nómada les lleva a ser una cultura acostumbrada a tomar prestada las formas musicales de allí donde llegaran para reinterpretarla a su manera. La música es una parte muy importante tanto de sus celebraciones como del vivir diario. Todo lo que necesitan para comenzar a hacer música es una voz y algo de ritmo que siempre se puede añadir con las manos y los pies, por esto mismo, en las formas más primitivas del flamenco no se necesitan más instrumentos que los que proporciona el propio cuerpo humano.
Los gitanos encontraron en Andalucía el lugar perfecto para desarrollar su musicalidad, pues esta región disfrutaba de un impresionante auge cultural, artístico y científico, debido a casi ochocientos años de mezcla de culturas árabes, judías y cristianas. Tenían sus propias costumbres y tradiciones nómadas y además hablaban Caló, una lengua que desde su llegada se contagió de vocabulario castellano, y que a su vez aportó muchas palabras todavía hoy muy usadas en toda España, especialmente en el Sur. Los Reyes Católicos les prohibieron hablar su idioma y se les obligó a tener trabajo y residencia fijos. La mayor parte de las celebraciones gitanas tuvieron que ser llevadas a cabo en secreto, incluso cuando muchos gitanos estaban siendo invitados a tocar su música en las fiestas de los ricos. En estas reuniones interpretaban canciones cuyos textos hablaban de las injusticias cometidas contra ellos por las mismas personas que les escuchaban sin comprender el significado de las letras.
Los principales centros y familias flamencas se encuentran todavía en barrios y ciudades que sirvieron de refugio para los gitanos: Alcalá, Utrera, Jerez, el barrio de Triana en Sevilla. Con el tiempo, las leyes fueron menos represivas, los gitanos se fueron integrando, y cada vez más gente fue tomando interés en su música. Empezaron a surgir "payos" (no-gitanos) decididos a conocer e interpretar música gitana. Podemos decir que al final del S.XIX el flamenco ya había establecido sus formas tal y como se conocen hoy, pero esto tiene que ser comprendido teniendo en cuenta que el flamenco es una música que no ha cesado de evolucionar desde sus orígenes y que continua viva y cambiante.