Alboreá o Alboleá

El canto de la boda de los gitanosandaluces conocido por ambas denominaciones es un largo recital de coplas nupciales en las que se exalta la pureza de la nocia y se ciñe generalmente al compás de soleares. Hay dos principales versiones de alboreá: la de Andalucía oriental y alde Andalucía occidental. De la primera puede ser modelo la típica alboreá de los gitanos de Linares o Andújar, Granada o Córdoba; de la segunda (propiamente flamenca), la alboreá sevillana o gaditana. En un terreno estricatmente flamenco tendríamos que limitarnos a esta última: la de Andalucia occidental. En la alboreá bajoandaluza se percíben ecos de caña, de toná, y de soleá. Se dice que su parentesco con los grandes cantes flamencos es universal. A pesar de sus tonos festeros, reina en ella una curiosa tradición ritual y solemnes, que nos transporta a viejos cantos y danzas sagrados.

La alboreá no fue nunca cante público, no se representó nunca en tablaos y fiestas; su ambiente ascentral fue la boda gitana, fuera de la cual no la cantan jamás los gitanos cabales. Existe incluso la creencia de que es un cante nefasto, que acarrea infortunio y calamidades cuando se les saca de su lugar y su momento propios. Casi todos los gitanos andaluces saben desde niños la alboreá, el más venerado y ritual de sus cantos.

Los gitanos, por otra parte, han intentado mantener el cante por alborea como patrimonio exclusivo de sus fiestas con motivo de los enlaces matrimoniales, por considerar la prueba de la pureza de la novia singular patrimonio de su cultura específica, actitud que Manuel Barrios, en su libro Proceso al Gitanismo, ha criticado, y «de paso» aclarado que la costumbre fue común del pueblo español durante muchos siglos: «Como una muestra mas de la discriminación que practican, presumen negar el acceso, al no gitano, a sus más secretas e íntimas ceremonias. Tal es el caso de la boda, que ningún payo debe ver: ni siquiera oír el cante de ellas, la alborea: todo un rito excluyente y exclusivo, aunque acusando un punto bastante vulnerable, y es que esa misma boda. con el pañuelo en el que nacen las tres rosas —es decir, la desfloración manual con sus tres manchas de sangre—, no es rito calé. sino castellano. Produce cierta tristeza destruir mitos salvajes y bellos, pero aquí estamos para hablar en serio, y decir que la barbara costumbre castellana se deroga cuando en España dejan de reinar los Austrias». Citando como ejemplo que la propia Isabel la Católica se sometió a la prueba de virginidad.