Caña

Nombre genérico de una serie de cantes de música alegre y vivaz, como los caracoles, el mirabrás, las romeras y las alegrías, todos ellos de coplas generalmente cortas y que se suponen emparentados con la antigua jota de Cádiz. Cantes festeros para bailar que se pusieron muy de moda en los cafés cantantes.

Venerable canción de enigmático origen a la que los costumbristas viajeros por Andalucía en e lsiglo XIX y flamencólogos asignan origen árabe. Lo cierto es que se desconoce practicamente todo de la caña. Hoy en día se canta una, pero parece ser que en el siglo XIX hubo varias. En un principio (primera mitad del siglo XIX) fue cante para oir. Ahora se baila, y gracias al baile ha revivido. Es un canto melancólico y largo, quejumbroso y melismático, cuya copla sigue siendo la romanceada. Ajústase al compás de soleá. Hay quien percibe en la caña influjos orientales y hay quien atribuye estratos musicales cultos.

Estos estilos de cantes para bailar eran imprescindibles en cualquier fiesta flamenca. A medida que empezaron a ponerse de moda en los cafés cantantes, tuvieron una participación preponderante. Constituyeron la gracia y la alegría de los cuadros flamencos durante muchos años y a su ritmo hicieron los mejores desplantes La Mejorana, Gabriela Ortega, La Jeroma, La Macarrona...Se caracteriza por un braceo armonioso, movimientos ondulatorios, suaves punteados, paso castellano de perfil y escobillas. Su compás se relaciona con el de la soleá, estando igualmente emparentadas con las bulerías. Es decir, pertenece al grupo de bailes con compases de doce tiempos

Se ejecutan al mismo compás que las bulerías o la soleá pero melódicamente se estructura sobre tonos mayores. Rítmicamente se encuadran en el toque por alegrías, pero las variantes serán definidas en lo musical por las tonalidades y el tono base donde se toque cada cante. La cantiña se suele hacer en el tono de DO mayor, mientras que las alegrías se hacen en LA mayor y el mirabrás y las romeras en MI mayor.

Este cante es natural de Cádiz y los puertos de su Bahía, aunque también existen estilos, como el del Pinini, asentados en localidades como Utrera y Lebrija. Se caracterizan por su versatilidad, ya que cualquier canción, pregón o himno político, herencia de la revolución de 1820, se asimilaba y se cantaba por cantiñas. Algo parecido a lo ocurrido con las bulerías en este siglo... De hecho, las cantiñas son un cante festero, más sonoro que hondo, aunque no faltan algunas de un carácter más profundo. Cantiñas con nombre propio son: la Rosa, la Contrabandista, el Torrijos y la cantiña de las Mirris. Entre sus intérpretes más destacados: Manuel Vallejo y a Pastora Pavón «Niña de los Peines», Antonio Mairena, Antonio Fernández Díaz "Fosforito", Roque Montoya "Jarrito" y Rafael Romero "Gallinas".