Fandángos
En realidad se trata de una pluralidad de cantes de origen árabe, diferenciados según la región y aun la comarca. Así es como hemos llamado cartageneras al fandángo de Cartagena. El grupo más rico es el onubense, con sus múltiples variantes locales (Alosno, Santa Eualia, Valverde, etc). Le sigue en importancia numérica el malagueño, que por calida, es el primero, si se tiene en cuente que las rondeñas, la malagueña, los verdiales y la jabera son especies suyas.
Es uno de los estilos básicos del flamenco y uno de los más antiguos. Hay diversas modalidades según procedan de Cádiz, Sevilla, Jerez o Málaga, pero casi siempre se manifiesta como un cante para bailar. Cantado para escuchar es un cante sereno y solemne que se presta menos al lucimiento que los tientos, que es una recreación del tango en ritmo más lento.
Sus primeros intérpretes conocidos fueron El Mellizo y Aurelio Sellés en Cádiz, Pastora Pavón y El Titi en Sevilla, Frijones y el Mojama en Jerez, y La Pirula, la Repompa y el Piyayo en Málaga. La Niña de los Peines ha sido su mayor divulgadora, hasta el punto de deber su nombre artístico a una letra de tango que hizo popularísima en sus comienzos: «Peínate tú con mis peines / que mis peines son de azúcar / quien con mis peines se peina / hasta los dedos se chupa». La copla es de cuatro, a veces tres, versos octosílabos.
Están luego los fandángos de Granada en sus versiones de granadinas y medias granadinas, tan ricas en arte y belleza como lo es su tierra. Además, están también los cantes de levante con sus tarantos almerienses y jiennenses mineras. Hay tmabién el fandángo de Almería. Dentro del area malagueña se personalizaron los fandángos cordobéses, conocidos por fandángos de Lucena. Queda todavía el grupo, menos interesante, de los fandángos artísticos o creaciones personales de los cantaores de profesión, modalidad que culminó entre 1920 y 1940.
El fandángo se expresa por medio de una copla de cinco o cuatro versos y es cante no atenido rigurosamente al compás. Primitivamente fue bailable, y representa un gran zona del folklore, no solo andaluz, sino peninsular. Los temas suelen ser de carácter sentencioso, algunos con importante carga político-social o de tema amoroso.
La mayoría de los tangos flamencos, y también de los tientos, siguen la cadencia andaluza, aunque hay variantes, sobre todo en Triana o en Granada que pasan por la escala mayor y menor. Por ejemplo, los del Titi de Triana se hacen en tonos menores, los de Cádiz se acompañan en tonos modales, y los de Málaga o del Piyayo en tonos mayores. También hay una modalidad en Granada que se realiza por arriba a un ritmo más lento.
Baile flamenco cuya antigüedad se remonta a los primeros conocimientos que se tienen de este arte. Se interpreta siguiendo su compás con movimientos agraciados, donosos y gesto pícaro y ágiles contorsiones. Su ritmo es marcado y muy pegadizo, admitiendo las posturas y las improvisaciones personales. En su forma más simple, sin los adornos artísticos propios de profesionales, es fácil de seguir por quien tenga aptitudes para el baile. Su compás es de cuatro tiempos. Es un compás bastante extendido, fácil de identificar.
El tango y la rumba casi han acabado fundiéndose hoy en día, pero la principal diferencia entre ambos está en la guitarra. Son tangos cuando el guitarrista acompaña matizando acordes; cuando el tocaor marca claramente los tiempos con rasgueados secos. En el caso de la rumba la guitarra suena de forma más continua.
Tenemos grades maestros del fandángo: en primerísimo puesto están José Torres Garzón "Pepe Pinto" y Manolo Caracol. Gran maestro también es la Paquera de Jerez y dignas de memoración las estrellas flamencas Fernanda y Bernarda de Utrera, María Vargs, La Perla de Cádiz entre otros.